jueves, 24 de septiembre de 2015

Abducciones:




Abducciones:



En el campo de la denominada «ufología», se llama abducción al supuesto acto en el cual uno o más seres extraterrestres toman a un ser vivo terrestre contra su voluntad (lo secuestran) y lo llevan a algún sitio determinado, generalmente a su propia nave espacial.


Descripción

Quienes dicen haber sido testigos o sufrido una supuesta abducción, suelen relatar el haber entrado a una sala como un laboratorio, donde los extraterrestres en las últimas décadas estarían realizando siempre los mismos experimentos. 


Sea cual sea el caso, tras ser retornados del secuestro algunos comentan tener alguna anomalía en su organismo, tales como la presencia de objetos metálicos dentro del cuerpo.



Otra característica es que los testigos aseguran haber sufrido un lapso importante de «tiempo perdido», es decir, que sienten una rara sensación de haber pasado un tiempo prolongado, pero no recuerdan absolutamente nada o casi nada de ese lapso transcurrido.



La abducción estaría precedida por la pérdida de la voluntad y de la conciencia. El interior de la nave a donde serían conducidos los abducidos, por lo general es descrito como una sala redonda y con cúpula, iluminada por una luz difusa que parece salir de las paredes y del piso.

Otros puntos en común serían: pesadillas reiterativas, cicatrices o marcas en el cuerpo de origen desconocido, fobias repentinas a objetos, olores o ruidos.


La mayoría de los supuestos abducidos cuentan historias similares de los acontecimientos, inquietantemente parecidas a los argumentos de películas de ciencia ficción acerca del tema. 



Por su parte, el folklorista Thomas E. Bullard realizó un estudio sobre 309 casos de este tipo, mostrando que siguen cierto orden y en el que destacan ocho episodios clave:



captura
examen
deliberación
excursión
viaje a otros mundos
teofanía
regreso y consecuencias.

Si bien todos los elementos no aparecen en todos los casos, según él y sus propios criterios acerca de lo que se considera captura, examen, deliberación, excursión, viaje a otros mundos, teofanía, regreso y consecuencias, hay un 84 por ciento de situaciones en los que el orden se cumple.


Tiempo perdido

Una característica fundamental que dicen vivir los supuestos abducidos es la amnesia (llamada «tiempo perdido» en el argot que popularizó el escritor neoyorquino Budd Hopkins, autor del libro Missing Time, en 1981.


Esta amnesia casi siempre impide a los protagonistas recordar el meollo del incidente.

Por ejemplo, una persona vive una situación extraña de una supuesta abducción o visita extraterrestre a una determinada hora.

Más tarde, al mirar su reloj, ve que han pasado varias horas, pero no recuerda bien qué ocurrió en ese lapso.

Siente que ha pasado un lapso de tiempo, del cual no recuerda bien qué aconteció. A veces son horas, y otras, días.

Lo ocurrido durante ese tiempo perdido supuestamente puede saberse mediante regresión hipnótica, mediante las cuales se somete al abducido a un estado de hiperrelajación en el que las imágenes que la memoria consciente se resiste a recordar afloran progresivamente.



Es muy posible que el abducido recuerde el principio del episodio: por ejemplo, una luz muy fuerte que le cierra el paso mientras viaja de noche en su automóvil; una estrella que cae del cielo y se posa en un prado cercano, donde se resuelve en un «platillo volante», un súbito paro de todos los sistemas eléctricos del automóvil, un tiempo perdido, unas horas en las que el sujeto no sabe dónde ha estado, etc.



Mediante la regresión hipnótica, profesionales como el hipnólogo estadounidense Leo Sprinkle, el hipnólogo estadounidense Berthold Schwarzy y el hipnólogo e ingeniero estadounidense James Harder, han conseguido obtener relatos de varios centenares de abducciones.



Este último investigador llegó a estudiar 104 casos, de los cuales el 39 por ciento eran varones y un 16 por ciento se trataba de niños acompañados de adultos.



El 50 por ciento eran parados o trabajadores no especializados, un 10 por ciento oficinistas y alrededor de un 5 por ciento estudiantes universitarios. Según el autor«implica un nivel ocupacional o educativo relativamente elevado».

Hay algo que sorprende en un primer momento en estos testimonios: lo parecidas que son estas historias con las que se difunden en la televisión.
Hasta tal punto es así porque, según dice el estudioso británico John Rimmeren en su obra The Evidence for Alien Abductions (1984), basándose solamente en relatos bien documentados ha podido construir un «modelo» de abducción, según el cual las personas abducidas (pertenecientes a ambos sexos, aunque con preponderancia del masculino) son seres humanos sanos, normales y no interesados particularmente por el problema ovni.[2]


El escritor español Antonio Ribera, en su obra Secuestrado por extraterrestres (1981), escribe:



Los sujetos, por lo general, recuerdan el principio y el final del episodio, pero la parte central del mismo —la más importante— ha sido borrada de su mente consciente. Este borrado ha sido hecho sin duda mediante la hipnosis: se les ha impuesto un bloqueo para que no recuerden unas experiencias, que en ocasiones podrían resultar muy traumáticas.

El problema es que la técnica de regresión hipnótica no es en absoluto fiable.
La hipnosis es un estado en el que el individuo es altamente sugestionable y está demostrado que no es fiable en absoluto a la hora de relatar recuerdos veraces.


Peor todavía, en estado de hipnosis se tiende a inventar recuerdos,[4] con lo que la regresión hipnótica pasa de ser un argumento a favor a un argumento en contra de la tesis ufológica de las abducciones.



Así ocurrió en Estados Unidos, cuando de repente salieron a la luz toda una avalancha de supuestos casos en los que individuos sometidos a terapia hipnótica de repente parecieron recordar como en su infancia habían sido sometidos a todo tipo de vejaciones sexuales e incluso obligados a participar en actos satánicos por sus propios padres, descubriéndose posteriormente (cuando la vida de dichos padres ya había sido arruinada por los medios de comunicación e incluso por sentencias condenatorias) que efectivamente todo era consecuencia de un falso recuerdo introducido mediante la terapia hipnótica.


Posibles explicaciones

Científicamente la explicación más plausible en las supuestas abducciones sucedidas mientras se duermen, es que los relatos surgen como explicación a episodios de parálisis del sueño o en sueños lúcidos no controlados.


En general las alucinaciones que se tienen durante la parálisis del sueño, serían sueños con algunas de las características de los sueños lúcidos, que se perciben reales mientras sucede el fenómeno; pero que sin embargo al despertar las personas que creen haber sido víctimas, recuerdan el hecho como real, llegando incluso a reconocerlo como un acontecimiento vivido realmente durante el resto de sus vidas.

En relación a los casos de quienes relatan haber sido «secuestrados» mientras caminaban, trabajaban, o incluso cuando conducían su automóvil (como es el caso de los célebres Betty y Barney Hill)[5] se explicarían por el papel de las influencias culturales.

Esta explicación se basa en que los relatos de abducción se han incrementado después de que las historias sobre extraterrestres y las abducciones empezasen a aparecer en el cine y la televisión.[6]

La historia de los Hill fue popularizada por el periodista John G. Fuller, dando comienzo a una era de supuestas abducciones que seguían un patrón similar al descrito por los Hill, hoy en día asumido culturalmente.

Esto dificulta el trabajo de los ufólogos, ya que deben descartar los casos en los que se demuestra que la «víctima» sólo tuvo un episodio paranoico, por lo que resulta más complicado dar con casos en los que aparentemente sí sucedió una abducción real.

En cualquier caso, la posibilidad de «episodio paranoico» es anecdótico: no es necesario en absoluto sufrir algún tipo de inestabilidad mental para sufrir episodios de parálisis de sueño y autoconvencerse de haber sido abducido por algún tipo de entidad.

En realidad, los episodios de parálisis de sueño no dan lugar sólo a interpretaciones del tipo abducción, también son interpretados como visitas de ángeles, posesiones demoníacas...

Igualmente muchos de los individuos que dicen haber sido abducidos, se les ha hecho recordar el supuesto suceso mediante hipnosis.

Lo cual puede permitir que el individuo sea sugestionado o autosugestionado mediante hipnosis, induciéndole, voluntaria o involuntariamente, falsos recuerdos.



Todas estas posibles explicaciones, según los creyentes, indican que no alcanzarían a ser totales ya que habría casos de personas que dicen haber sido abducidas habiéndoseles detectado pequeñísimos objetos compuestos por metales o cristales (implantes) en diversas zonas del cuerpo, como la nariz, el cráneo, las orejas, los pies y las manos.


Localizados con el escáner y por radiografías, algunos se han extraído para ser examinados. Hasta este momento nunca se trata de un material desconocido o con características que solo se esperaría encontrar en otro planeta, sino siempre materiales comunes.

El 25 de septiembre de 1986, la revista científica estadounidense Nature publicó una carta firmada por siete miembros del Departamento de Genética del hospital Winston Churchill (en Headington, Inglaterra), en la que pedían ayuda para identificar un misterioso objeto que habían detectado en unos rutinarios análisis cromosómicos de un paciente.



Sin embargo, los críticos indican que el valor de una carta no es el mismo que un artículo publicado en una revista científica, además de que la carta no tiene relación con el supuesto fenómeno de la abducción.

Presuntos casos de abducción Abducciones en la antigüedad
A partir del argumento que desde el pasado más remoto, el ser humano ha tratado de expresar lo que veía de acuerdo con su entendimiento, relacionando las distintas manifestaciones con objetos conocidos, manteniendo de esta manera la semejanza con lo observado; hay creyentes que postulan que si estos vehículos aéreos podrían haber sido tripulados, produciéndose el contacto con los eventuales observadores, y transmitiéndoles enseñanzas diversas.


Así indican que cabe la posibilidad de que se les pudo haber llamado a estas «naves»: bórax resplandeciente, nubes con ángeles (en el Corán islámico). vímanas y carro de flores (en el Ramaiana hinduista), vehículos de los dioses, carros de fuego, discos solares, nubes de fuego, etc. Así, hay creyentes en el fenómeno de la abducción, que igualmente afirman también que varios personajes de la antigüedad, tales como algunos personajes indicados en relatos bíblicos y pre-bíblicos habrían sido abducidos en supuestas «nubes» o carros de fuego a través los cuales «ascendieron a los cielos».


El caso del profeta Ezequiel, o de Elías (ascendiendo al Cielo a través de un carro de fuego que provenía del cielo), o incluso Jesucristo (subiendo al cielo a través de una nube) hace lanzar a algunos ufólogos la idea de que el fenómeno no es solamente actual, sino que existió a través de los años, incluso en la más remota antigüedad.



Frente a estos argumentos, los críticos, la comunidad científica y escépticos indican que la hipótesis de la abducción no deja de ser una explicación ad hoc ya que las nubes y carros de fuego podrían ser metáforas para un relato religioso y no hay ninguna evidencia de que esos relatos deban ser interpretados de otra manera.



Aunque para otros no se trataría de una explicación ad hoc, sino de un argumento desde la ignorancia: no se sabe con un 100% de seguridad a que se refieren esas historias, por lo tanto «tienen que tratarse de extraterrestres».

El argumento desde la ignorancia es aplicable a muchas de las afirmaciones acerca de las visitas de extraterrestres.

El caso de los Hill

Este famoso caso popularizó las historias de abducciones, siendo una abducción que posteriormente se demostró como un producto de la imaginación de la pareja, combinada con falsos recuerdos inducidos bajo hipnosis y que la pareja asumió como auténticos.

El caso comenzó cuando la pareja avistó un objeto que no identificaron cuando volvían de madrugada a casa, el 19 de septiembre de 1961.

Según el relato, Barney Hill habría observado el objeto con prismáticos y le pareció ver formas humanoides a través de las ventanillas, lo que le hizo pensar que se trataba de un avión.
Betty, en cambio, dice que en ese momento estaba convencida de que era un platillo volante, e hizo llamadas durante los días siguientes a la Base de la Fuerza Aérea de Pease para informar de lo que había visto, y se compró y leyó varios libros sobre platillos volantes.

También escribió al autor de uno de ellos (Donald E. Keyhoe) relatándole lo que había vivido. En ninguna de esas cartas ni en las llamadas que hizo habló nunca de ninguna abducción.

Estas salieron a la luz unos tres años después, cuando la pareja se sometió a tratamiento por el psiquiatra Benjamin Simon y narraron la abducción, describiendo al que sería el prototipo de extraterrestre durante las décadas siguientes.
Durante los años setenta la historia de los Hill se popularizó y se filmó una película sobre el tema.

Después de la emisión de la película, los relatos sobre abducciones se multiplicaron: en los treinta años precedentes a 1978 (año de emisión de la película) se habían constatado cincuenta abducciones, todas declaradas después de la de los Hill, y durante los dos años siguientes a la emisión se declararon cien.

Sobre esto, los creyentes afirman que todas las posteriores denuncias de abducción no serían inventadas sólo por el hecho de que la gente podría haber tenido anteriormente la posibilidad de haber visto o escuchado la historia de los Hill y sus repercusiones.

La descripción de Betty

La descripción que Betty hizo de los extraterrestres incluía, entre otras cosas, unos ojos «envolventes», algo nada frecuente en la ufología de la época, pero lo significativo de la descripción es que, doce días antes de dar esa descripción (bajo hipnosis), en la serie televisiva de ficción Más allá del límite habían aparecido unos extraterrestres similares a los de la descripción.

Betty también describió que en la nave le habían mostrado un mapa estelar, que consistía en una representación tridimensional que había visto a una distancia de alrededor de un metro.

Tras las sesiones de hipnosis la animaron a dibujarlo: consistía en 26 posiciones correspondientes a estrellas.

El trabajo de interpretarlo se lo tomó Marjorie Fish, una profesora de básica de 34 años (en 1966) aficionada a la astronomía.

Utilizó bolas colgadas del techo de una habitación para representar las estrellas, y suponiendo que las esferas más grandes correspondían a las estrellas Zeta Reticuli 1 y 2, de donde supuestamente procederían los extraterrestres.

Al final encontró una configuración que le pareció adecuada para identificar quince de las estrellas, pero suele obviarse que no fue capaz de encontrar una ubicación para las otras once.
En realidad, para una configuración tridimensional dada de puntos, existen literalmente millones de configuraciones posibles dependiendo del punto de vista sobre el conjunto: pueden hallarse multitud de interpretaciones posibles.

Existe la creencia de que se descubrió que ζ Reticuli era doble después de 1961, cuando supuestamente le fue revelado a Betty por los extraterrestres.

En realidad, basta con echar un vistazo al catálogo SIMBAD, buscar ambas componentes (ζ Reticuli 1 y ζ Reticuli 2) y realizar una búsqueda de referencias en un amplio rango para ver que ambas están referenciadas en la literatura especializada por lo menos desde 1950.

El científico estadounidense Carl Sagan, manifestó que el mapa dibujado por Betty no mostraba muchas semejanzas con el real y que pudiendo elegir un gran número de estrellas viéndolas desde cualquier punto de la Tierra, se puede encontrar parecido, con casi cualquier mapa que se dibuje, más incluso si este incluye líneas entre puntos como el de los Hill.

Por tanto, concluye Sagan, el mapa no es una prueba extraordinaria válida para tal afirmación extraordinaria.


Otros casos de abducción

1957: Abducción de Antonio Villas Boas
1973: Abducción en Pascagoula
1975: Abducción de Travis Walton
1970-1980: Abducciones de Whitley Strieber

¿ABDUCIDOS POR EXTRATERRESTRES?

A lo largo de la historia existen infinidad de casos de personas que han sido secuestradas por alienígenas, relatos que narran como fueron abducidos y examinados dentro de sus OVNIS y posteriormente devueltos sanos y salvos al mismo lugar en el que fueron capturados. Normalmente la memoria de esos momentos queda bloqueada, el abducido es incapaz de recordar nada de lo ocurrido, sienten como un espacio perdido, un vacío o lapso de tiempo del cual no tienen recuerdos. Sin embargo con el tiempo algunas de esas personas ya sea por métodos naturales o por regresiones hipnóticas pueden llegar a recordar las experiencias vividas mientras fueron examinados e incluso dar detalles del interior del OVNI y descripciones de los alienígenas que les examinaban.

Una de las constantes marcadas dentro del fenómeno de las abducciones es el hecho de que las personas que viven uno de estos episodios sólo los recuerdan fragmentariamente, como si o bien los secuestradores presuntamente extraterrestres les hubieran borrado la memoria consciente del hecho, o como si -más razonable aún- el propio cerebro del testigo ante el trauma que supone una experiencia de este tipo, hubiera decidido "olvidar" esos angustiosos momentos y alejarlos -a modo de mecanismo de protección- de la conciencia del abducido. 
La comunicación con los seres extraterrestres, suele ser en la mayoría de los casos telepático, según relatan posteriormente las personas que han tenido el contacto.
Las abducciones suelen producirse por la noche. En muchas ocasiones el secuestrado va conduciendo tranquilamente su coche por alguna carretera comarcal cuando de repente este parece detenerse, toda comunicación parece imposible puesto que aparatos de radio y telefonía se apagan y no reciben señal alguna. Tras ver una luz potentísima, el abducido ve cómo se acercan al automóvil unos seres pequeños y macrocéfalos que, tras anular su voluntad, lo llevan a bordo de una nave. Por norma general las descripciones que dan los "abducidos" suelen tener muchos puntos en común, el retrato robot del tipo de entidades más frecuentemente reportadas en los sucesos es de apariencia humanoide, con una estatura media de 1,20 metros, cabeza desproporcionadamente voluminosa, ojos muy grandes y prolongados lateralmente, piel grisácea, boca y nariz apenas esbozadas y brazos muy largos. 

El abducido una vez dentro de la nave, es despojado de sus ropas y se le somete a un reconocimiento médico en una cámara contigua, de aspecto clínico, con paredes blancas y una "mesa de operaciones", semejantes a las de los quirófanos, en el centro del habitáculo. El reconocimiento es llevado a cabo por los propios humanoides, aunque no son pocos los casos en que las tareas clínicas son llevadas a término por entidades que parecen estar en un plan de dependencia de otras, generalmente más altas y más "humanas", que aplican diversos aparatos al abducido, le toman muestras de sangre, a veces de semen, de cabellos, de piel, etc., y si se trata de una mujer, le hacen lo que parece ser un "reconocimiento ginecológico", introduciéndole por el ombligo una larga aguja. En algunas ocasiones finalizan con la implantación de "algo" en la nuca o bajo el cuero cabelludo (¿un "micro-aparato"?).

Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos empleados en tratar de localizar estos implantes, muy pocos casos han acabado arrojando alguna clase de "prueba". El objetivo final de las abducciones de seres humanos es un misterio ni la hipnosis posterior más profunda puede desvelarlo. Cuando se llega en la regresión hipnótica a este punto, el corazón del abducido se acelera, llegando a alcanzar hasta 120 pulsaciones y obligando a suspender la experiencia para no poner en peligro su vida.

Supuesto implante extraterrestre




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