martes, 29 de septiembre de 2015

Un testimonio sobre la Tecnología Montauk Abira - San




Existe un recuento que puede tomarse como excesivamente apasionante, o por el contrario como totalmente imposible, de uno de los sujetos que participó en el Experimento Filadelfia.

Asegura que después de haber servido como soldado durante la segunda guerra mundial, como consecuencia de haber participado en el Experimento Filadelfia en 1943 lo regresaron a la niñez en un hogar sustituto, estudió y volvió a servir en dicha guerra por habérsele regresado en el tiempo. 

Es decir, que fue un soldado que sirvió dos veces en la misma guerra, pero como dos personas distintas.

Nació, creció, fue reclutado por el ejército y enviado a la guerra ; a la mitad de esa guerra, fue regresado a la niñez, volvió a crecer, volvió a ser reclutado y regresó a pelear en la misma guerra pero como otra persona diferente. En este caso se conserva propiamente la entidad, pero por ese absurdo manejo del tiempo, nos quedamos sin comprender de buenas a primeras qué es eso de volver a crecer, pero con otra identidad, otro nombre, o qué. Ni Alfred Hitchkok, en sus alucinaciones más debrayescas, hubiera llegado a una trama tan retorcida y jalada de los pelos, como dicho acontecimiento pretende haber sido una realidad.

Me tomaré la libertad de sugerirle a Hitchkok una escena donde él mismo conversa con él mismo, en la misma guerra y actuando como soldado, pero eso sí sería como para aventarse por la ventana. Ahora recuerdo que quien hubiera quedado absolutamente electrizado por esta trama sería nada más ni nada menos que ...¡ Jorge Luis Borges !, a quien tanto le fascinaban los juegos de espejos.

Es difícil aún en películas de ciencia ficción, concebir semejante guión, ya no digamos pensarlo como algo remotamente viable.

Este señor Bielek (apellido de su segunda vida, no de su primera vida, como consecuencia de ese manejo del tiempo que lo remitió de nuevo al pasado y a la niñez) habla de que por medio de asistencia tecnológica de grupos extraterrestres, el gobierno estadounidense alcanzó la posibilidad de viajar en el tiempo.Pero yéndonos más atrás, resulta que originalmente, todo según esta versión, los extraterrestres de Las Pléyades ofrecieron al gobierno de EEUU auxiliarlo para sobrellevar la Gran Depresión de los años treintas. Relata que sencillamente el gobierno de EEUU se enfrentó, a lo largo del siglo XX, a tecnología extraterrestre contra la cual ningún ser humano hubiera podido hacer nada. Entonces, dice, los consejeros del presidente abrieron la posibilidad de mejor establecer un tratado con los extraterrestres, como una forma de ganar tiempo, de aprender algo de dicha tecnología, y después ver cómo podrían solventar el trato con los seres de las estrellas.

Este tratado se hizo inicialmente con un grupo de extraterrestres que él especifica, no como los “pequeños grises”, sino como los “grises-azules”. Efectivamente, esa sería una buena forma de deslindar a ambas civilizaciones tan similares en la forma física de sus miembros, pero a la vez tan diametralmente opuestas en sus intenciones : llamando a los Zetas pequeños grises, y a los seres de Rigel grises-azules. Aunque recalcaré, que en realidad los Zetas deberían ser denominados los grises-blancos ; los Rigelianos, grises-azules ; los seres de Arturo, grises-verdosos ; y alguna de las culturas originarias de Orión, los grises con nariz de romano.

Señala que los nazis entraron en tratos con los Pleyadinos, quizás con una facción regresiva, quienes decidieron llevar a cabo un plan semejante al de los Zetas en Roswell. Dicen que estrellaron voluntariamente un disco volador en alguna parte de Alemania, para que supuestamente el gobierno nazi analizara esa tecnología por medio de retroingeniería, como una excusa para justificar sus avances tecnológicos. En esta versión, hay algo que suena por lo menos familiar con Sharula, la líder de los Agharta-Telosianos, quien menciona el trato de los nazis con extraterrestres. También los seres de Andrómeda lo mencionan.

Sin embargo alguna de las fuentes que aborda esta supuesta recuperación de una nave de las estrellas por parte de los Nazis, esclarece defintivamente que ellos no fueron capaces de desentrañar, ni aplicar humanamente esa tecnología de los seres del cosmos a sus artefactos bélicos, y da una razón contundente : que si los Nazis hubieran tenido éxito, ¡ nosotros no estaríamos aquí !.

Al Bielek continúa diciendo que el gobierno gringo, con asesoría directa y diseño de extraterrestres a los que no se describe ni menciona su origen, terminaron desarrollando en Montauk el llamado túnel del tiempo. 

Y así, por ejemplo, se pretendió establecer colonias humanas en Marte. De hecho, enfatiza que no solamente hay ciudades ancestrales abandonadas sobre la superficie del planeta rojo, sino también instalaciones subterráneas que aun en la actualidad siguen generando campos electromagnéticos. Asimismo, que personalmente él fue enviado por medio de uno de esos túneles en el tiempo, a la exploración de las instalaciones de una base extraterrestre subterránea en Marte. 

Los Zetas, por su parte, confirman que allá hay ciudades de antiguas civilizaciones, y que seremos bienvenidos el dia que enviemos una expedición a documentarlas, porque esa noticia dada a la humanidad formaría parte del proceso de Despertar. Por desgracia, es más fácil que lluevan billetes de mil dólares por todo el planeta, como si fuera una lluviecilla primaveral, a que el gobierno gringo y sus secuaces los medios, digan una sola palabra al respecto, por miles de razones. Entre otras, porque consideran que la humanidad todavía es menor de edad, y que podría desestabilizarse si se confirma algo así.
El habla de esta tecnología como Montauk, pero refiriéndose a la ubicación de dichas instalaciones solamente. Y de que se tomó la ligera libertad, junto con uno de sus compañeros de experimentos, de trastaladarse por su cuenta en un viajecito por medio de esos túneles del tiempo, pero sin pensar que lo avanzado de dicha tecnología, también registraría su pequeña aventurilla secreta, por lo que fue sumariamente despedido de su puesto.
Coincide con otros testimonios, como los del Nórdico en las instalaciones de Dulce, que el gobierno estadunidense está trabajando con los extraterrestres en proyectos para el control de las masas y de la sociedad, con toda la línea de abuso y esclavismo de los seres regresivos. Y con el libro Defending Sacred Ground, de Alex Collier, el contacto de Andrómeda, de que la tecnología Montauk funciona por medio de coordenadas.

Anota igualmente que el Experimento Filadelfia, entre otras cosas ocasionó que se abriera un “agujero” en el tiempo relacionado con nuestro planeta, a través del cual extraterrestres de todas las denominaciones encuentran la puerta dimensional abierta para acceder a nuestro mundo.

Sin embargo, recuerda que si bien la tecnología Montauk fue refinada en sus resultados objetivos a finales de la décadas de los años setentas, en 1985 fue sabotada desde el interior, haciendo que debido a la destrucción de esas instalaciones, el proyecto ya no pudiera seguir funcionando, aunque advierte que nuevamente ese gobierno lo ha echado a andar. En esto difiere con la afirmación de los seres de Andrómeda, puesto que ellos afirman que esos experimentos fueron parados en seco por extraterrestres que poseen “una absoluta maestría en el manejo del espacio y el tiempo”.

Respecto al sabotaje de Montauk, distinguiremos en general tres elementos que conforman la población de una base subterránea, a saber : el científico, que diseña y lleva a cabo los proyectos, ubicado allí por medio de subcontratos que lo hacen invisible e inexistente ; el militar, casi siempre regresivo, dirigiendo los hechos a la obtención de tecnología y ventajas de control poblacional ; y el extraterrestre, funcionando solo, en colaboración con, o sometido a otra raza extraterrestre diversa de la suya. De estos tres eslabones de la cadena, y tratándose de comunidades extraterrestres regresivas, la única posibilidad de conciencia está en el científico, no en el extraterrestre, y mucho menos en el militar.


Históricamente, en los casos de Dulce y Montauk, fue precisamente esa comunidad científica altamente especializada y para fines oficiales inexistente, la que se rebeló al darse cuenta de las atrocidades llevadas a cabo en contra de la humanidad tanto por parte de militares, como de extraterrestres.

De todo esto se deriva, la profunda falta de compromiso para poner ese milagro en manos de todos los proyectos maravillosos de la humanidad concernientes a la vida , la felicidad y el amor.

Desarrollando en cambio aplicaciones igualmente secretas, pero siempre con la mira no de beneficiarnos a todos, sino solamente a los muy oscuros intereses de unos cuantos, en las esferas gubernamentales y sobre todo militares, permitiendo asimismo que los extraterrestres corran ellos mismos sus propios proyectos, como por ejemplo el desarrollo y entrega de tecnología, por parte de los seres de Sirio-A, hacia grupos de originarios de Orión, por cuestiones de compromisos que son muy de su incumbencia. 


Finaliza afirmando, que si no se han desecho ni de él, ni de su compañero de correrías en el tiempo, a quien llama “Duncan”, es sencillamente porque ellos están colaborando, nada más con su sola presencia sobre la faz del planeta, a “estabilizar” las ondas del tiempo regresivas, que se generaron como una de las consecuencias del Experimento Filadelfia. 

Cualquiera que tenga dos dedos de frente se da cuenta de inmediato, de que todo esto está muy por encima ya no digamos del hombre de la calle, sino incluso de los científicos más especializados, así que para la mayoría de la gente, esta narración debe sonar más bien a una de esas historietas con que se mata el tiempo en el metro, en el trayecto de su trabajo... a su casa!. Y también nos muestra el estratosférico financiamiento chueco que requieren todas esas operaciones negras llevadas a cabo al margen del presupuesto gringo, pues el sólo Proyecto Montauk, por lo especializado de su tecnología, alcanzaría una inversión mínima de diez mil millones de dólares en unos años.

Si sonara estratosférica esa cantidad, es triste señalar que esa no es ni siquiera la piedrita en el zapato de ese asunto, porque globalmente es tan extraordinariamente extensa la red de túneles que interconectan las bases subterráneas, desde Canadá hasta Sudamérica, que se estima que el presupuesto para dichas actividades es multitrillonario.


En el extremo mas oriental de Long Island se encuentra Montauk Point, conocido por la mayoría de los neoyorquinos por su belleza escénica y su faro histórico. Al oeste inmediato del faro, hay una misteriosa y abandonada base de la Fuerza Aérea en los terrenos del viejo Fuerte Hero.

Aunque fue oficialmente dada de baja y abandonada por la Fuerza Aérea de los EE.UU. en 1969, posteriormente se reabrió y continuó operando sin el consentimiento del Gobierno de los EE.UU.

Toda la financiación para la base es también un misterio. No puede rastrearse la financiación a los militares o al gobierno. Funcionarios del gobierno de EE.UU. han investigado en busca de respuestas, sin éxito.

El secreto de la operación ha incitado que prosperen leyendas a través de Long Island. Sin embargo, es poco probable que alguna de las poblaciones locales de Montauk, o los que difunden los cuentos, conozcan la historia completa de lo que realmente sucedió allí.

Un círculo de iniciados cree que el Proyecto Montauk era un desarrollo y culminación de fenómenos que ocurrieron a bordo de la USS Eldridge en 1943. Conocido popularmente como el "Experimento Filadelfia", el buque, en realidad desapareció mientras la Marina estaba llevando a cabo experimentos de invisibilidad del radar.

Según estas cuentas, más de tres décadas de investigación secreta y tecnología aplicada han continuado. Se realizaron experimentos que incluían vigilancia electrónica de la mente y el control mental de diversas poblaciones. La culminación de este trabajo se alcanzó en Montauk Point en 1983. Fue en ese momento que el proyecto Montauk efectivamente rasgó un agujero en el espacio-tiempo hacia 1943.

Quizás la persona mejor calificada para contar la historia real sea Preston Nichols, un ingeniero eléctrico e inventor que ha estudiado el Proyecto Montauk durante la mayor parte de una década. Su interés en el proyecto fue impulsado, en parte, por circunstancias inusuales en su propia vida. También fue capaz de adquirir legalmente gran parte del equipo que se utilizó para el proyecto. Su continúan las investigaciones en última instancia revelando su propio papel como director técnico del proyecto.

A pesar del lavado de cerebro y de las amenazas para silenciarlo, ha sobrevivido y ha decidido que es en el mejor interés de todos que cuente su historia.

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