jueves, 26 de noviembre de 2015

Circulo de calendario de Nabta playa



El Cromlech de Nabta Playa se situa en una gran cuenca del desierto de Nubia, a unos ochocientos kilómetros al sur de El Cairo y unos cien kilómetros al oeste de Abu Simbel, en el sur de Egipto.Es de forma ovalada, siendo su mayor diámetro unos cinco metros.
 Entre 6100 y 5800 a. C. este pueblo creó una de las más antiguas construcciones líticas conocidas, el pequeño «crómlech» de Nabta Playa, unos mil años anterior al de Stonehenge (el mas antiguo de los centros astronómicos de los que se tiene conocimiento hasta ahora). Consta de treinta piedras dispuestas en círculo, en cuyo interior hay otras seis piedras. El yacimiento cuenta también con cinco alineamientos líticos que se extienden a partir de un conjunto de piedras centrales.
El astrofísico Thoms G. Brophy sugirió que los «megalitos» de Nabta Playa podían haber constituido una suerte de observatorio astronómico. El círculo de piedras sería un calendario con cuatro pares de piedras a modo de puertas, enfrentadas dos a dos: una pareja orientada en dirección norte-sur y la segunda en dirección nordeste-suroeste, señalando el solsticio.
Además, según Brophy, las seis piedras centrales y sus diferentes inclinaciones también formarían parte del observatorio. Propuso que tres de esas piedras están relacionadas con el cinturón de Orión y las otras tres con el hombro y la estrella principal de Orión, con mayor inclinación que las tres piedras anteriores. Su ciclo se repite aproximadamente cada 25.000 años, siguiendo la precesión de los equinoccios. El último mínimo del cinturón de Orión ocurrió entre el 6400 y el 4900 a. C., según dataciones de radio-carbono de los restos de hogueras hechas en el círculo.
Respecto a los cinco alineamientos radiales, la interpretación de Brophy le sugirió que las líneas trazadas desde estas piedras a la piedra radial se asociaba a los lugares celestes donde se encuentran varias estrellas representadas por las piedras centrales en el “círculo-calendario” en el momento del orto helíaco del equinoccio vernal. Imaginó que las diversas distancias representaban el brillo de las estrellas, y dedujo que los constructores asociaban la distancia de la Tierra a las estrellas con una escala de un metro = 0,799 años luz, dentro del margen de error para distancias astronómicas calculadas hoy.
Ya que no se conoce ninguna técnica accesible a las personas del neolítico con la que pudieran haber medido la distancia a las estrellas, esta correlación parece no ser nada más que una coincidencia fortuita.

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