Mitos Urbanos




¿Qué son los mitos urbanos?


A lo mejor sucedió realmente, o puede llegar a ocurrir, pero nadie parece haber sido testigo directo del suceso. El mito urbano sucede en una dimensión paralela, un plano idéntico al nuestro pero en el que se hace verosímil lo improbable. A veces, el mito urbano es un deseo colectivo, una esperanza, otras veces un temor... una premonición. 
Otras veces, una explicación improvisada o una lección moralizante que se deja leer entre líneas. 


Es muy difícil, la mayoría de las veces, rastrear los orígenes de estas historias que circulan con status de leyendas. Estas aparecen y se repiten no solo en la tradición oral sino también en los medios de comunicación. Es probable que algunas de estos relatos sean elaborados intencionalmente con algún objetivo en particular como por ejemplo, desacreditar a alguien u obtener beneficios comerciales. Otras veces, puede surgir de algún relato que se deforma a partir del original o simplemente de una ficción deliberada que al transmitirse adquiere el valor de una historia real. 
Ahora bien, la pregunta es por qué una leyenda urbana, que de por sí contiene elementos claramente irracionales, se transforma en un relato creíble. En efecto, muchos de estos relatos, si bien no son abiertamente fantásticos, son, al menos sorprendentes por improbables. Pareciera como que tras un efecto de saturación informativa a través de las fuentes tradicionales, se abre un espacio informal en el que el relato de un testigo anónimo, con el que no tendríamos otro vínculo que el anonimato, sea aceptado a través del "beneficio de la duda". Lo extraño no por improbable es necesariamente imposible, y así se define la puerta de entrada por la cual ingresa el relato mitológico contemporáneo. 
De esta manera, una leyenda urbana cumple la función de darle al sujeto la posibilidad de expresar una opinión personal, un temor o acaso una sospecha. Tal vez encuentre un atajo para una explicación demasiado compleja, excesivamente elaborada. El mito es una expresión tan antigua como la cultura y su estructura resiste en nuestras mentes así como nuestros miedos y anhelos y no deja de expresarse con formatos nuevos, adaptados al tiempo que nos tocó vivir. 

 Hay una tendencia a darle crédito a historias que son de lo más descabelladas. La razón nos dice que se trata de cosas imposibles de ser verdad, pero algo en nuestro interior quiere creer. Y no solo lo creemos, si no que nos encargamos de contarles a todos nuestros amigos sobre “ese pobre buzo que apareció calcinado colgando de un árbol” o locuras parecidas, aunque la noticia no haya aparecido publicada en ningún medio.

Si la suficiente cantidad de gente se hace eco de una historia de este tipo, se transforma en una “leyenda urbana”: un mito, una historia, que se transmite de boca en boca, que todos repiten sin cuestionar, y que nadie sabe su origen. A lo sumo, alguien conoce al primo de un vecino del hermano del jefe de tío al que le paso.
Por lo que pude observar en Internet hay miles de mitos urbanos. Acá les transcribiré algunos de ellos:

Cocodrilos albinos en las alcantarillas de New York:

La leyenda de que bajo las calles de Nueva York existen cocodrilos gigantes albinos. De esta leyenda existen muchas variantes pero la original empezó de la creencia de que muchos neoyorquinos viajaban a Florida y compraban pequeños caimanes que luego llevaban a Nueva York. Estos caimanes a los que había que alimentar eran muy simpáticos al principio pero, tenían un problema... y es que crecían. Cuando tenían ya un tamaño razonable y empezaban a comer, no solo lo que el niño le daba, sino la mano del niño si se ponía un poco cerca, lo que hacían los padres era que cogían el reptil, se lo quitaban al niño y lo tiraban por la taza del retrete. ¿Donde acababa el reptil? Pues en las alcantarillas de Nueva York. 

La Dama Vestida de Blanco 

En distintas ciudades de la Argentina circula este relato, con algunas variantes mínimas, que tiene como protagonista a un joven que concurre a una fiesta, baile o lugar de diversión nocturno. Allí conoce a una bella muchacha de vestido blanco a la que invita a bailar y de la que se enamora instantáneamente. A cierta hora de la noche se ofrece a acompañarla hasta su casa y le presta su abrigo para protegerla del frío. Al día siguiente, el muchacho vuelve a la casa de la joven con intención de verla nuevamente y es atendido por los padres de ella, quienes con sorpresa y estupor le informan que la muchacha ha muerto uno o dos años antes. El enamorado no entra en razones, motivo por el cual los afligidos progenitores lo llevan hasta el cementerio con el propósito de que, al ver la tumba, el muchacho se convenza de la verdad de sus dichos. Al llegar a la tumba, la estupefacción estalla en los tres, al descubrir que sobre la lápida descansa el abrigo que el muchacho le había prestado a la joven la noche anterior. 

La llorona:

Una tarde de otoño, hace muchos años, una joven mujer decide salir a pasear por el Parque Rivera. A pesar de un viento frío y cortante que hacía gemir a los árboles y sumía al parque en la más absoluta soledad, la chica decide salir y llevar consigo a su bebé, que había tenido en condición de soltera.
Estando en vísperas de su boda la joven se aventura en el parque, por entonces más agreste que ahora y mostrando los resultados de recientes lluvias. Se la ve bordear el lago junto a su niño, mientras el viento arrecia con fuerza, desapareciendo de la vista. La futura novia, sin embargo, no regresará por ese sendero.
Al día siguiente encuentran su cuerpo inerte en el lago del parque, sin rastros del paradero del pequeño. Cuenta la historia que desde entonces, en las noches brumosas y tristes del otoño, puede verse a una joven vestida de novia en los alrededores del lago. Camina sola y llora desconsoladamente, mientras clama por un bebé que perdió hace mucho tiempo. 

México. La Llorona - Un Alma en Pena


Consumada la conquista y poco más o menos a mediados del siglo XVI, los vecinos de la ciudad de México se recogían en sus casas con el toque de queda, avisado por las campanas de la primera Catedral; a media noche y principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír en la calle, tristes y prolongadísimos gemidos, lanzados por una mujer a quien afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor físico.

Las primeras noches, los vecinos se resignaban a santiguarse por el temor que les causaban aquellos lúgubres gemidos, que según ellos, pertenecían un ánima del otro mundo; pero fueron tantos y tan repetidos y se prolongaron por tanto tiempo, que algunos osados quisieron cerciorarse con sus propios ojos qué era aquello; y primero desde las puertas entornadas, de las ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir a las calles, lograron ver a la que, en el silencio de las oscuras noches o en aquellas en que la luz pálida de la luna caía como un manto vaporoso lanzaba agudos y agónicos gemidos.

Vestía la mujer un traje blanco y un espeso velo cubría su rostro. Con lentos y callados pasos recorría muchas calles de la ciudad, cada noche tomaba distintas calles, pero siempre pasaba por la Plaza Mayor (hoy conocida como el Zócalo de la Capital), donde se detenía e hincada de rodillas, daba el último angustioso y larguísimo lamento en dirección al Oriente; después continuaba con el paso lento y pausado hacia el mismo rumbo y al llegar a orillas del lago, que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra se desvanecía entre sus aguas.

"La hora avanzada de la noche, - dice el Dr. José María Marroquí- el silencio y la soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y oían, y no pocos de los conquistadores valerosos y esforzados, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, pálidos y fríos, como de mármol. Los más animosos apenas se atrevían a seguirla a larga distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla desaparecer llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía y a dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona."

El Origen de la Llorona

El antecedente mas conocido de la leyenda de la llorona tiene sus raíces en la mitología Azteca. Una versión sostiene que es la diosa azteca Chihuacóatl, protectora de la raza. Cuentan que antes de la conquista española, una figura femenina vestida de blanco comenzó a aparecer regularmente sobre las aguas del lago de Texcoco y a vagar por las colinas aterrorizando a los habitantes del gran Tenochtitlán.

"Ay, mis hijos, ¿dónde los llevaré para que escapen tan funesto destino?", se lamentaba.

Un grupo de sacerdotes decidió consultar viejos augurios. Los antiguos advirtieron que la diosa Chihuacóalt aparecería para anunciar la caída del imperio azteca a manos de hombres procedentes de Oriente. La aparición constituía el sexto presagio del fin de la civilización.

Con la llegada de los españoles al Continente Americano, y una vez consumada la conquista de Tenochtitlan, sede del Imperio Azteca, años mas tarde y después de que murió Doña Marina, mejor conocida como la "Malinche" (joven azteca que se convirtió en amante del conquistador español Hernán Cortés), se decía que esta era la llorona, la que venía a penar del otro mundo por haber traicionado a los indios de su raza, ayudando a los extranjeros para que los sometieran.

Representa normalmente a una madre que se lamenta por la pérdida de sus hijos y siempre aparece con un vestido y velo blancos aunque puede variar según la historia o la región donde aparece.

El Perro Extraño 

Cuentan en el barrio de La Boca, en la ciudad de Buenos Aires, que hace muchísimos años dos ancianos encontraron un perro abandonado. Sintieron lástima por el animalito que, pese a su aspecto extraño, los miraba con ojos de mucha ternura. Le dieron de comer y lo asearon, incorporándolo a la vida familiar. Cierta vez el perro presentó síntomas de decaimiento y lo llevaron al veterinario para que lo atendiese. El facultativo, tras revisarlo, no pudo encontrar las palabras adecuadas para decirles a los afligidos amos que lo que habían recogido no era un tierno ejemplar de raza canina sino una enorme rata. 

La Dama del Cementerio

Un caso parecido a la dama de blanco  es aquél que cuenta que un hombre quedó encerrado en el cementerio al terminar el horario de visitas. Inquieto comenzó a dar vueltas por el lugar en busca del sereno para que le abriera la puerta. No lo encontró pero advirtió que frente a una tumba estaba una mujer de pie (según las variantes del relato, puede tratarse de una niña, una adolescente o una mujer adulta). El hombre se le acercó entonces y le contó su situación, alegrándose de ver a alguien más por allí. La mujer le respondió que a ella le había ocurrido lo mismo y que no se preocupara, ya que conocía un lugar desde donde podrían salir. Con la dama como guía, el sujeto la siguió entre las lápidas, hasta que ella se detuvo indicándole una de las paredes perimetrales del cementerio. Al comprobar que no había ninguna puerta, el hombre le preguntó cómo hacer para salir por ese lugar inaccesible. –Así– le respondió la mujer mientras atravesaba el muro. 


La Mujer en la Carretera

Todos hemos oído alguna vez la historia de los fantasmas que se les aparecen a los conductores todas las noches y estos, al perder el control de su auto, caen de un barranco o simplemente chocan, pero mueren a causa del impacto.

La mayoría de las leyendas cuentan de que los conductores ven una forma fantasmal hallado de la carretera, otros las ven al frente pero al tratar de frenar el coche los atraviesa y algunos son los que se materializan en el asiento trasero. E incluso otras hablan de que los conductores ven a una persona (mayormente mujer) quien les advierte de los peligros de la carretera, y al irse no dejan rastro.
Pocas son las que cuentan que el conductor deja a la "persona" en su destino final y no pasa nada, aunque algunas veces estos aparecidos dejan una prenda en el asiento y, los conductores al tratar de devolverla, se dan con la sorpresa de que aquella persona ya ha muerto hace años.
  

Walt Disney fue criopreservado

Desde que era niña siempre creí en esta leyenda urbana. La leyenda más famosa de todas las de Disney, y que con toda probabilidad ya te suene. ¿O acaso no te ha contado nadie que Walt Disney fue criopreservado para volver a la vida en cuanto los avances tecnológicos evolucionasen y permitiesen curarlo de una enfermedad que estaba acabando con su vida?

No hay constancia del comienzo de este rumor ni de los intereses que hubo detrás, sin embargo y para desgracia de los crédulos, sí que hay constancia de la incineración de Walt. Quizás el ámbito privado del funeral fue lo que levantó sospechas, y en 1969 (tres años después de su fallecimiento) esta leyenda urbana aparecería por primera vez publicada en una revista.

  

¿Se han descubierto las puertas al infierno?

Bueno, hace un tiempo, unos excavadores estaban construyendo un pozo en una zona alejada de la mano de Dios. Cavaron y cavaron metros. Un día, a un trabajador que estaba en el pozo con un traje protector de calor, le pareció escuchar gritos de gente. Los otros excavadores creían que de la calor podría haber escuchado esos gritos, pero como el excavador parecía muy cuerdo ,colocaron un micrófono, ya sabéis, de los que captan los ultrasonidos. Ahí estaban, se oía centenares de gritos y lamentos, después de esto, todos los excavadores abandonaron la expedición. Y la leyenda urbana que se creó todavía se sigue contando.

El hombre polilla:

The Mothman es una criatura inexplicable con grandes ojos rojos y alas grandes, como una polilla y ha sido visto justo antes las catástrofes más importantes del mundo. 
La criatura a menudo parece no tener la cabeza, con los ojos rojos establecidos en su pecho. Se ha fotografiado y visto por testigos oculares y ha sido perseguido y acosado a un número de personas. El primer avistamiento de Mothman fue en noviembre de 1966 en Point Pleasant, Virginia. Dos parejas de recién casados viajaban por la Ruta 62, cuando vieron los ojos rojos y algo volar. Decenas de avistamientos fueron reportados en la zona poco después. 

Un año después un desastre golpeó la ciudad de Point Pleasant, cuando se derrumbó el puente de plata y 46 personas murieron en el accidente. The Mothman fue visto en el puente antes del derrumbe. 

The Mothman también ha sido avistado poco antes de tragedias mundiales, tales como el tsunami en la India, de Chernobyl, Afganistán e Irak, y el 11 de septiembre. 
San Antonio Ghost Tracks (Caminos fantasmas)
En los años 40s, un autobús escolar lleno de niños se estaba abriendo paso en el camino y hacia la intersección cuando se quedó atascado en la vía del ferrocarril. Un tren en exceso de velocidad se estrelló contra el autobús, matando a 10 de los niños y al conductor del autobús. 

A partir de ese terrible accidente hace muchos años, cualquier coche que se detenga cerca de las vías del ferrocarril será empujado por manos invisibles a través de las vías a la seguridad. Se trata de los espíritus de los niños, dicen, que empujan a los coches a través de las pistas para evitar otro accidente y salvar a la gente de un destino trágico como el suyo. 

Según la historia, si se estaciona el coche sobre las vías y se pone el cambio en punto muerto, los fantasmas de los niños se empujan hacia arriba, fuera del camino de cualquier tren que se aproxime. Se realizo un experimento para probar este fenómeno. Al cubrir el parachoques del auto con talco o harina, se pueden ver claramente las huellas dactilares de los niños en su coche. 

Numerosos informes han reportado que los coches, de hecho, inexplicablemente, se mueven solos y misteriosas huellas se ven en los vehículos. Otros alegan que han escuchado las voces y las risas de los niños, mientras permanecen en el sitio. Una foto se ha tenido que pretende mostrar un fantasma en el cruce ferroviario. 

Encontré algunas leyendas o mitos urbanos que no merecían ser puestas en esta Web pero a medida que encuentre cosas interesantes las iré agregando.




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